miércoles, 4 de julio de 2012

Dietrich tampoco ríe


Grave, hosca, seria. Una inadivinable Dietrich sólo muestra atisbo de humanidad bajo filo del cuchillo. El momento en que pareciese siente miedo, en que cierra la persiana.

Un cuerpo atestado en la sala mientras la rubia suelta una verdad, mientras retorna el interrogatorio, mientras el mayordomo observa la salida de la enfermera y del magistral Sir Willfrid... el cuerpo atestado en la sala se oculta sin cámara, fuera de metraje.

Dietrich aun sigue mostrando las piernas, tras el atril de la justicia que muestra su cara menos doctora, el error de cálculo y lógica (pero también de maquillaje).

Porque Tyrone Power sabe cómo tratar a las mujeres el desarrollo de toda la trama es perfecto. Witness for the Prosecution es irremediablemente perfecta.

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