lunes, 31 de diciembre de 2012

Ojalá. Ser o no ser. Ojalá




soñé un día
tu medida

tu borde sombreé lo hice de mí la joya más personal y te dejé ir
eras una hoja
un almanaque de cumpleaños un perro que charla sigilosamente con su conciencia
elemento del ser humano hasta el más perdido

pero un buen día llegabas de tanto futuro que supe
borrabas los hijos las planteras en las ventanas lectura de Joyce los domingos a la mañana los días que no podía abrir los ojos
borrabas
la caricia que te di el día que compraste los vestidos de las nenas
la risa que soltabas para callar al hombre de la otra mesa que borracho interrumpía mis discusiones literarias
la vez que discutimos por esas copas de más que prometí no beber
las facturas de todas las mañanas tempranito en invierno
las charlas en las noches de nuestra ancianidad
y tu tesis doctoral

borrabas
y reías de susto
porque eras cruelmente feliz sin una noticia mía

entonces me supe un espacio mecanografiado un arco de flechas tibio de soledad
tuve tanto miedo de no mirarte que recorría mis sanguinarias diatribas con infinita lágrima
lloré eso que no me atrevo a decir por temor interno
y tuve hambre de tus costados
tuve sensaciones de arrodillarme en tu lengua perder la cabeza para siempre
rodar en vos sí eternamente

te llamé al instante sucedida mis nauseas
tu voz se permitía incrédula
noté la derrota

cuando desperté todos los días estabas besando mis libros
mis películas

ella aun está
sí lo sos


ANÓNIMO



Ciertos momentos son extraños para escribir. Depende de la soledad o de los miedos de las personas, del horario, del día, de la situación.

Momentos como estos necesitan de una risa. Por eso esta película. Porque en ella radica la oportunidad del humor en un tiempo y momento imposible.
“Ser o no ser” se vuelve una paradoja. Cuando el personaje lo menciona, y el otro se levanta, es un momento muy íntimo, pero perdido. Una lástima…

martes, 4 de diciembre de 2012

Madre, soy un tonto.

  
"La grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta:
 lo que en el hombre se puede amar es que es un tránsito y un ocaso.
Yo amo a quienes no saben vivir de otro modo que hundiéndose en su ocaso,
 pues ellos son los que pasan al otro lado."
Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra.


En Turín, el 3 de enero de 1889, Friedrich Nietzsche salió de su casa en el número 6 de la Vía Carlo Alberto, tal vez para caminar, tal vez para ir a la oficina de correos a buscar su correspondencia.
No muy lejos, o en realidad muy poco lejos de él, un cochero tenía problemas con su caballo que se había empacado.
A pesar de todos sus esfuerzos, el caballo se negó a moverse, después de que el cochero -¿Giuseppe? ¿Carlo? ¿Ettore?- perdió la paciencia y tomó el látigo. Nietzsche se abrió paso entre la multitud y puso fin a la brutal escena del cochero, que a esas alturas echaba espuma con rabia.
El sólidamente construido y bigotudo Nietzsche sube, de repente, al coche y echa sus brazos alrededor del cuello del caballo, sollozando.
Un vecino lo llevó a su casa, donde se tiende, tranquilo y silencioso, en el sofá durante dos días hasta que murmura inarticuladamente sus últimas palabras, después de las cuales quedó mudo: "Madre, soy un tonto".
Y vivió otros diez años, sereno y alienado, al cuidado de su madre y de sus hermanas.

Del caballo no sabemos nada.

Ésta pudo ser una posibilidad.

Muestra el minúsculo punto que somos en la nube de polvo de nuestros días, en la inanidad del hombre, que es su barbaridad plena y su propio apocalipsis.

Es el viento que impedirá recorrer el camino, la oscuridad que se aproxima en medio de la nada, que al fin de cuenta, es lo mismo.

Podemos oírlos en el andar a tientas en su camino a la cama.
Podemos oírlos acostarse y colocar las mantas sobre ellos.
Podemos oírlos respirar. Sólo su respiración.
Hay un silencio de muerte afuera. La tormenta remitió.
Tal silencio mortal reina también en la casa.

Es mentira. Sufrimos la misma consecuencia. Afuera el viento es similar... y llueve.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Llega la noche



Sucia, suicida Before Sunrise. Desganada, perdida.

Él opaca. Ella subsume. Su amor es pasajero (si no pensemos en su sexo), casual, dialogado.

Hacia el final me dormí, soñé que se tiraba. Hubiera sido mejor.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

El amanecer de Murnau



Si me dan ganas de ahogarte,
pero es tan blanco tu cuello
que termino por besarte.
Del  tango  "Cómo nos cambia la vida"


La acción que transcurre en cierto momento es irrecuperable en el cine.

Ella, un hilacho, una pura decepción. Él, la bestia. Sin embargo, hay un perdón inentendible, que intuyo producto de un amor logrado a base de algo que no se corresponde con la confianza, ni la ética, ni el respeto por el otro, si no por algo que escapa a la lógica cotidiana, una episteme que sólo ellos la clarificarían.

Es ese acto brutal el que jamás comprenderé (ni siquiera la dialéctica entre el día y la noche me es tan interesante), el que permite que esta pareja eterna, no sólo renueve su amor, sino que continúe amaneciendo en el tiempo. 

viernes, 3 de agosto de 2012

Leslie Vernon no existe




Hay dos niveles en esta película: el que conlleva una función meta, y el que permite el contenido.

En cuanto al nivel meta, se reflexiona muy interesantemente sobre el género, lleva a reflexionar en torno a las políticas recurrentes del asesino, los fines y sus himnos.

La segunda parte se vuelve simple contenido, del más estúpido que podamos haber visto. Falseable hasta en  el entusiasmo, el ejercicio de lo dicho en el nivel meta se vuelve con la cara gacha, arruinado por la mala arquitectura.

Un errado dibujo que, encima, tendrá secuela...

sábado, 28 de julio de 2012

Así




Cuando alquilamos esta película tu muerte estaba en mis uñas. Frescas olían tus sangres. 

El desierto de tus hijos.

Borracho lo digo: dormís porque en el fondo tenías razón: el cine murió.

Sin embargo, aun sigo brindando que Pulman la conquiste, como un cosquilleo conocido, que no deja de sentirse.

Era la última. Una estupidez si lo pienso ahora. La más grande pero la más adecuada...

In-tacto



Inevitables 6 o 7 años. Inevitables hasta el terror del cuco en las costillas (alguien voló). Ser niño, la ternura del descalzo en un pasaje. La locura de creer que a la vuelta de la esquina me espera esa picadura y esa muerte.

Las arañas.

Los cumpleaños.

Tu mano pequeña diciéndome adiós.  (20.4 M.C.) 

Aun sigo pensando si su primer beso fue un error teórico. El del paso del tiempo.

Sigue intacto el niño.

miércoles, 11 de julio de 2012

Ese otro finés




Es algo que escapa al preconcepto el ver una película finlandesa, dado que es un cine alejado de toda nuestra recepción cotidiana, por lo tanto, el verla supuso una novedad. Sin embargo, no hay nada que la aleje de lo frecuente (eso que construye). Vemos un detective que persigue una venganza, un asesino en serie con ínfulas pseudoreligiosas, una excusa (es decir, "los que caen en el meollo de la trama, los que provocan que la historia se desarrolle"), una moraleja: esquema básico, no hay dudas.
Sí me parece más interesante, por su parte,  el sesgo crítico que versa en su desarrollo. Finlandia es un país con un buen pasar económico social, basado en un estado de bienestar y una organización inexorable respecto de sus leyes. El orden (exageradísimo orden), las formalidades y la seriedad resultan intocables. Sin embargo, tanta normalidad, tanto desplazamiento de energía para lo social no hace otra cosa que retumbar en el propio sujeto.  Por eso la taza altísima de suicidios, el problema con el alcohol y la violencia doméstica son problemas con los cuales diariamente conviven.

Priest to Evil (o si se prefiere en su propio dialecto "Harjunpää ja pahan pappi") por lo tanto, resulta un desorden dentro de tan uniforme estructura. La película apunta a mostrar el lado visceral de la violencia y del finlandés más radical. No creo lo logre con sumo entusiasmo, porque a medida que pasan los minutos se acomoda, se tranquiliza, pierde tacto crítico y se vuelve construible (obvio, con patrones categóricos conocidos, de ahí la posibilidad de toda falla, de todo "no poder entender bien que es ser un finés", salvo me lo occidentalice)

Llama poderosamente la atención que todos los policías parezcan más integrantes de una banda de trash metal que del cuerpo legal, además de su dureza y su klingoniano dialecto (el otro visto como raro- posición cotidiana de todo sujeto que habla y piensa desde acá)

miércoles, 4 de julio de 2012

Dietrich tampoco ríe


Grave, hosca, seria. Una inadivinable Dietrich sólo muestra atisbo de humanidad bajo filo del cuchillo. El momento en que pareciese siente miedo, en que cierra la persiana.

Un cuerpo atestado en la sala mientras la rubia suelta una verdad, mientras retorna el interrogatorio, mientras el mayordomo observa la salida de la enfermera y del magistral Sir Willfrid... el cuerpo atestado en la sala se oculta sin cámara, fuera de metraje.

Dietrich aun sigue mostrando las piernas, tras el atril de la justicia que muestra su cara menos doctora, el error de cálculo y lógica (pero también de maquillaje).

Porque Tyrone Power sabe cómo tratar a las mujeres el desarrollo de toda la trama es perfecto. Witness for the Prosecution es irremediablemente perfecta.

sábado, 16 de junio de 2012

La fantasía de Tánatos


Desde chico ha estado latente en mí la fantasía de Tánatos.

El pertenecer a una gran familia de culto, de generar miedo social, de instaurar un modelo. El respeto que el cine desvela son obsesiones de espectador. Me resuelvo imaginando tal situación o aquella.

No estoy del lado de Jimmy Conway, ni mucho menos de Tommy DeVito. Paulie Cicero se acerca a mi deseo, Paulie y su tranquilidad para el horror.

La mirada:

Es ese gesto, ese simple gesto el que moviliza una historia, una que no se escribió.

¡Tan seguro como que la tierra gira!



The Searchers permite vivificar un significante paterno: el de juntarnos por las noches bajo el techo húmedo a mirar en televisión al Gran John Wayne y su heroica campaña de colonización.

Plagada de elipsis, donde ni siquiera vemos el cuerpo muerto (pudor del western), donde el rostro es actor principal tanto para designar “hombre” como también “mujer” (lo digo más que nada por todo aquello que intenta maldefinir discursivamente expresión sentimental) en mi niñez denotaba roles específicos e imaginarios fijos: “indio”, “vaquero”, “lucha por la civilización norteamericana”.

Ethan Edwards presentado en la lengua del Padre como el hombre rebelde, deshecho pero valiente, que no respeta  Orden o Ley; idea sublime de “lo solitario”, característica que mejor piensa estos films. Sin embargo, y a pesar de Wayne mismo, no hay otro que cumpla mejor el rol y lema colonialista del estado, perseguir y matar indios. Esto debería llamarse la coacción de Wayne: a pesar de él, siempre debe obligar a que el otro acate una conducta.

Notamos la crueldad del indio por los términos de crueldad del hombre blanco de 1868.
“Puede que Texas llegue a ser una ciudad ideal donde se pueda vivir”.

No es más que un retrato divertido y espectacular de un genocidio, en donde la muerte tiene valor de mero dato, o peor aun, de colateralidad de la trama.
En definitiva no es otra cosa que el triunfo de lo que algunos llaman el “bien” sobre lo que algunos llaman el “mal”.

lunes, 11 de junio de 2012

Franklismo


Franklyn es un inseguro relato psicológico. En él se confunden personajes con cualidades parecidas: el fantasma que deliramos real. Personajes acabados, sucios.
Vemos que dos universos tienden un puente, impredecible al principio (lo cual entusiasma), fatídico al final (lo cual desarma). 
En una de las ciudades (hay un plano general al comienzo que me recuerda a Blade Runner) la religión entorpece el desarrollo de los que la habitan. De ahí que veo una singular crítica al politeísmo cotidiano, pero que va adoptando carácter leve al pasar los minutos.

Hay un guion particular, lleno de intensos derroches de divagación:

-Oí una historia una vez, cuando era niño. Era sobre un narrador de historias. Era tan bueno contando historias que todo lo que inventaba se volvía realidad.
Entonces el narrador creó un mundo para él donde es rey del castillo y tiene una bella princesa a su lado. El sol está siempre brillando. Ese tipo de cosas.
Y un día, él despierta, mira alrededor, la besa en la mejilla y la deja.
A pesar de que su vida era perfecta, absolutamente perfecta, él tiene la sensación de que debería estar en otro lugar (...) De todas maneras, la princesa despierta y él desapareció.
Tiene algún sentido?

-No.

Pero es uno mismo. Es el fantasma. Entonces:

-El narrador de historias estaba tan habituado a sus fantasías que no importa cuán buena fuera su realidad, nunca era suficiente. Nunca sería suficiente.

-El primer paso para la recuperación es entender el problema.

viernes, 8 de junio de 2012

Colombia, la de narcos



Ni el personaje principal cree en su odio. Paralelamente el resto juega a tirotearse a mansalva. Creo es esa la función básica de la película, un perpetuo amontonamiento de estereotipados delincuentes y estereotipadas venganzas.

John Carter



Una suerte de mediocre épica pulp de más de 250 millones de dólares.

Un capricho económico totalmente evitable.


domingo, 3 de junio de 2012

En este momento podría morir y sin embargo...

                                                                                                                       

Un día me acordaré de la escena, me perderé en el pasado.

En el recuerdo, Barthes, encuentra una rememoración feliz por ese “entusiasta” que en aquellas escenas vividas con el sujeto a quien quiere ya le adjudica carácter de pretérito.

Joel recuerda porque sus cicatrices ya pasan de cuerpo a tatuaje, porque el tacto es inolvidable y con tiempo en presente (cómo carajo hiciste para aparecer en mi vida y molerme en el soy).

Clementine (Ay Mandarina!)  no dejará de vivir por dos razones obvias: porque aun VIVE y porque lo QUIERE. 
El cuerpo aun no es lo que piensan (lo demás es ...)

Como la muerte no existe, más que viviéndola, que alguien diga tu voz en el viento es, ahora y siempre, silencio. 
¡Qué se pronuncien todos tus nombres en el correr de mis venas, de mis vidas! Ahí está tu esencia.
                                                                             
Jamás el punto, las tijeras, la muerte, podrá cortar estos dientes.

Porque en el momento que cierren temprano las pestañas, que rasguñen los ventanales, que la arena se vuelva puño, que tu vestido sea parte de una vaguedad…

Tu mano será importante

demasiado…

sábado, 2 de junio de 2012

Con las mujeres nunca se sabe


Une femme est une femme es un giro deconstructivo, un gran significante que taja el sentido, lo parte, lo hace añicos. No hay trama que baste, no hay dirección que la ronronee, ni sintaxis ni argumentos.

Pero en el fondo es crítica social, giro anticolonial, fuerza de género, amor kunderiano (como aquel que se profetiza en “La identidad”):
-No te perdono- (sí te perdono)

Resuena el sistema de la Nouvelle Vague “Jules et Jim”, “Tirez sur le pianiste”, Aznavour, son ejemplos.

Anna Karina es la regularidad que agrupa los colores significantes, es un tango francés dado vuelta, la tristeza que hace llorar, la risa que provoca vértigos.


Es quizás Francia en algún momento de la vida.

viernes, 1 de junio de 2012

Cine basura



Más de lo mismo, pero en un espectáculo de la violencia resumido en banalidad y mediocridad. 

Cada segundo de esta tontísima película es una pérdida valiosa de tiempo.

Alguien dispara sobre el cuerpo a matar


La demencia adolescente revestida en una cacería.

Es también la intriga, la persecución, el estar contando los segundos para anhelar ver el rostro al que te dispara.

Vemos las caras de Sbaraglia, de Valverde, con una ejecución de la cámara inteligente y reveladora de ánimos.

Quizás el final te deja un mal gusto, un dejo de final seco, solitario.

viernes, 25 de mayo de 2012

Hors la loi


Varios puntos de análisis:

Primero en principal, el del foquismo que intenta desarrollar, porque bajo la justificación de una revuelta o una revolución (la revolución siempre será total sino no será revolución, es más, "Argelia" no es otra cosa que "La revolución por el pueblo y para el pueblo") se muestra a unos pocos, hermanos más precisamente, que arrastran el sueño de la independencia argelina, que no era una utopía de unos pocos.

Incluso el de adoptar una idiosincrasia nacional, o sea, y como ejemplo, un argelino no podía beber alcohol o fumar cigarros porque eso es estrictamente franco-burgués.

Es interesante que Hors la loi primero se presente en francés y después en árabe, lo que supone un espectador francés ante todo, de ahí quizás su estilística atenuada. 

Recuerdo a Pontercorvo, más cerca de un punto de vista leal a la crítica social.

La película es interesante, pero no se arriesga, pretende demostrar el fracazo de un ideal en la vida de unos hermanos a pesar de lograr (no ellos, aunque fueran parte, mínima) la independencia. 



domingo, 13 de mayo de 2012

La del pirata cojo con pata de palo (parte II)


Siguiendo la misma temática sólo hacia el final atrae un poco. Me parecen repetitivos los intentos nefastos de humor.

La preponderancia del resto de los personajes con respecto al principal es un arriesgo interesante pero sin buen logro.

jueves, 10 de mayo de 2012

La paradoja de la maldad



Creo que no es otra cosa que el retrato estético del horror. Jugar a ser ingenioso en el decurso de un momento asfixiante, apelar al tono melodramático de una situación hipotética. En todos los sentidos, la abyección se recubre, se mitomaniza. Por ejemplo en los cuadros finales, la madre llorando bajo el yugo de la reja electrificada en un contrapicado sucio de creída audacia moral; la cámara que enfoca y se va alejando dejando en el plano general la metonimia evidente de lo inevitable y ya imaginado, retratando en su alejamiento la muerte bajo la presencia instigadora de los “piyamas”; la boca abierta del padre, quien entiende antes que nadie lo que significan las literas desoladas del “campamento”.

Es creer en el karma de la maldad. En suponer una venganza, una paradoja de lo macabro.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Tercer momento: camino perdiéndome en el horizonte



Impresionante película de Lisandro Alonso. La lentitud, las caras, los finales, el poder de una simple imagen que muestra la infancia (el recuerdo en ese arco de fútbol que algún día pasado has hecho el gol tan festejado). Sencillismo que cuenta el retorno de un personaje como cualquiera, que siente su cuerpo habitado de los mismos interrogantes cuando trabaja, viaja, duerme, mira, bebe...o de los mismos diablos, aquellos que insistieron en las huidas. Porque el hombre no hace más que huir.

¿Por qué has vuelto? ¿Qué está sucediendo? ¿Quién eres tú? ¿Y yo?

Minimalismo mágico, agrio, frío, planos secuencias para despedirnos de lo mismo, del hogar que se ha dejado y que dejará nuevamente.

En breve el mismo paso. Después la desolada ciudad.


Segundo momento: Aquello que el sexo sólo puede contar



Es permitirse jugar a ser Derrida.  O quizás reírnos de nosotros mismos, del cuerpo que nunca sacamos afuera...

Es, por ahí, hace tiempo, romper el tabú, dirigir la mirada al adentro que se torna irresponsable, apenas estructurar el planteo, los planos. 

Es un momento en el que me permito querer saber algo (y que nunca me animé a preguntar)


Primer momento: Puss puss puss


Es rever una secuela mal soñada, mal planteada y bastardamente insustancial...

lunes, 30 de abril de 2012

Pequeño gran soldado


Importante relato sobre la paz en tiempos bélicos. Hacia el final todo se vuelve admiración y buen guiño. 
Es el melodrama lúdico que apenas se puede entender sin el humor.

domingo, 29 de abril de 2012

Estos perros a pedazos



Puzo a pedazos.  Saviano a pedazos. Ópera prima a pedazos. Por todas partes una norteamericanidad despedazada que suspira violencia, que arriesga muerte, que permite un diálogo intenso con la intimidación.

Bailecito con navaja de un Michael Madsen épico, que se recubre de una tensión sangrienta, que gira y corta, que baila y da miedo.


                                                                                 


Todo a pedazos, genialmente a pedazos.

sábado, 28 de abril de 2012

El purgatorio



Gantz es el laberinto sin salida, no importa qué nos dicen los personajes de este animé, no importa cuánto entendamos de la trama y si la esfera se partirá en pedazos de significados: Gantz no es otra cosa que un derrotero borgeano.

Su purgatorio no es el que profesaría un Dante o un obispo, ni tampoco un Lost (yo diría al momento, mi preferido purgatorio, mi preferida redención). Este purgatorio implica una afirmación del Tánatos, una lógica valedera de la violencia reprimida. Toma el arma, has lo que te digo.

Cada personaje está agotado por la misericordia de la vida, por la constante negligencia de ser.
Desde bravucones hasta fracasados, desde homosexuales hasta pseudo-religiosos, inclusive aquellos personajes que versan sobre la moral han sido contaminados de vida, como se lo puede ver en sus autoritarismos y sus falsas modestias. Bang!

Gantz es una afirmación como bien dije, la de tener que disparar a punta de mano ese tren que se nos viene encima.


miércoles, 25 de abril de 2012

La del pirata cojo con pata de palo, parte 1



Más que con desconfianza, con pesadumbre miré la primera parte de un éxito de bolsillo. Por un momento pensé que el error (como en “Rise of the planet of the apes”) podía merodear mi inconstancia. El error del error.

Creo que lo peor es que aun me quedan las restantes aventuras de Sparrow aun por ver. El constante estado de ánimo en el espectador, la búsqueda del momento que sea clave para mirar aquello que por ahí se escapa, pero que puede tener en su secreto una forma precisa, preciosa y tan de mí. En fin, es la búsqueda. 

Igualmente, me llama mucho la atención la variedad de Verbinski, desde Mouse Hunt, pasando por la patética The Mexican o The Ring, hasta llegar a la animada Rango. 

La etapa de los simios



Admito haber visto el film con susceptibilidad, quisquillosísimo. Pero el desarrollo pudo con mi gusto.

Interesente recorrido de un rebelión, con efectivísimo papel gráfico. Hace mucho no veía una película taquillera con intensidad de leerla.

Segundo film de Wytt, tras la amenazante "The escapist".

lunes, 23 de abril de 2012

El gran sustituto



En Air Doll hay algo que es muy cierto. Somos sustitutos de “todos” porque “todos” nos hemos convertido en mercancía. Todos somos intercambiables con cualquier objeto.

Pasamos de reciclaje en reciclaje y aun esperamos que alguien nos encuentre y nos haga únicos, incambiables. Pero la felicidad es desleal. Tiende al desarrollo. A los nuevos encuentros y a los nuevos valores de cambio.

Que una muñeca inflable sea un fetiche significa que ahí hay un objeto al que le depositamos nuestros deseos, nuestras vivencias. Kore-eda, director del film, sabe muy bien a lo que se atenía. Ser objeto de desmesura por parte de los críticos que reniegan del lenguaje diciendo ser desleal con el lenguaje, en el que no se ubicó, con adecuada intención el objeto significado. El sustituto adecuado.

Yo me permito otra línea de análisis. Kore-eda no propuso una linealidad, una sustitución perfecta. Propuso la intención humana de ser feliz, que no es lineal ni perfecta, y que ni el mercado, aun, no la puede boicotear. La intención de poder encontrar, aunque sea en un grano de arroz o en una muñeca inflable (degenerada, sexual, pornográfica por la episteme de un mercado humano) el rasgo, el retazo que nos identifique y que nos permita seguir un poquito más, aunque cueste, hacia delante.

sábado, 21 de abril de 2012

El recuerdo inevitable



A pesar de Uma Thurman (su mirada emociona por la inquietud que en ella se lee), a pesar de la pintura exquisita de Nyman (sutil, preciso, idóneo), a pesar de de Ethan Hawke (cuanto me recuerda a Jesse, verlo en una dispar película, e inevitablemente, cuanto me cuesta pensar en Delpy, su difusa sonrisa –en el orden de lo teórico podría hablar de intrafilm, la lectura de una imagen en la imagen de otra película, el recuerdo inevitable del placer), Gattaca es tedio y no sé muy bien por qué.

El contenido seduce, sí, pero la progresión no se vuelve intimidante en este momento a mi manera de ver. Sólo es un vasto recuerdo de algo dulce que probé en otra situación a pesar de que el contenido esté hablando de un futuro no muy distante.

viernes, 20 de abril de 2012

En este día (la seducción replicante)



Observo esta escena en Blade Runner con la música de fondo de Vangelis:

                                                                                   

En la oscuridad de su latente inhumanidad ella lo sedujo despeinándose y tocando silenciosamente el piano.

Proximidad, que no es otra cosa que el cese del sueño, como lo que le sucede al personaje (abre los ojos, estertor, no por algo Deckard despierta descamisado, por la cercanía de lo inevitable).

Después lo que se ve. Algo de liviandad, algo de peso (rudeza, como un sometimiento que se quiere), Vangelis (“la música acota mi tiempo de vida” me dijiste) y la réplica de lo que se intuye y lo que siempre supimos.

viernes, 13 de abril de 2012

¿Furia?



Un joven que descubre ser semidios opta al instante tomar la espada para luchar contra los dioses. En pocos minutos la historia pierde todo su pobre argumento, decide pelear, es casi una destreza blandiendo la espada y obtiene la atención de todos los restantes. De ser la nada a obtener la pésima genuflexión verbal de su poco ejercito.
Aceleración; se produce una sucesión espectacularmente rápida de los hechos. Cine acelerado. Gusto de los espectadores contemporáneos, por eso se aburren (dicen) de los planísimos o de los diálogos meticulosos, porque el acostumbramiento es casi una Norma (si ya no la es).
Un plástico Perseo de reducido Corpo heroico, vestidura de tabloide, maquillaje, efectos totémicos, mala actuación y algo de desabrido humor puebla la cansadora trama.
“Calma tu tormenta” cuando en realidad una nube pasajera se pierde sin pena ni gloria.

Líbano de todo mal.



Casi toda la película transcurre dentro de un tanque… jóvenes impersonales, asustados, claustrofóbicos, se guían bajo las órdenes de los que pelean a mano armadas, en la guerra del Líbano del 82. Hay un sometimiento constante a la imagen del héroe que estamos acostumbrados.  Hay pánico de encierro, de muerte en el ahogamiento.

Líbano no es otra cosa que el relato del miedo, miedo de soldado en todas partes. Pero es un miedo que ha transgredido el límite (¿cuáles son los límites?) para resbalar acentuadamente en la crítica periodística y en el miedo de los propios israelitas (marca en el propio espacio de gestación). Se dice que impactó seriamente en los futuros enrolamientos de jóvenes en el ejército. Por eso su implicancia en otros niveles. De ahí la recurrente problematización de plantearse dónde empieza y termina el Cine.

Pero la película se ahoga fácilmente, para concluir en un desastre poético, casi inverosímil.

sábado, 10 de marzo de 2012

La vuelta y al paladar


El tiempo, ese ingrato... pero más ingratitud es una vuelta con algo bajo y bien estúpido. Muerte por la muerte, ya ni siquiera sangre por la sangre. Película difícil de conseguir, sin subtítulos (igual no se pierde ninguna narrativa dado la cantidad de insultos que se profesan y el poco guión que tiene, todo es discusión, griterío, pasma, tumulto, en un vómito de cámara de video). No esperen encontrarse con un gesto de genio o una argumentación en ningún nivel porque el relato es puro desorden: un grupo de jóvenes que deciden matar a todos los que se encuentran a su paso. Hay malos efectos, malas actuaciones, poca inteligencia y nada de temor o algo cercano a ello, es lo que se puede decir "puro gore". Creo que hasta en "A serbian film" hay más profundidad (la cual, sin embargo, la sigo considerando la película más fuerte no tanto por su violencia explícita sino por su bajo contenido moral)
Se dice que su director Vogel quiso dejar el film como una cinta casera en un subte cosa de lograr un efecto de veracidad pero por el tema de ese invento del 11-S tuvo que retractarse.
En fin, una recomendación para después de comer...ustedes deciden...vos decidís.