domingo, 28 de noviembre de 2010

Carancho o la épica del nuevo cine argentino


Carancho constituye una perfecta síntesis de lo que en estos momentos representa el nuevo cine argentino. La frescura en cuanto a temáticas, giros, perspectivas es novedosa, interesante y además premiada. La nueva película de Pablo Trapero ha sido nominada para los Pre-Oscars como mejor película extranjera, tratando de seguir la buena suerte de la anteriormente premiada El secreto de sus ojos de Campanela. Ojo, no creo que un premio justifique un buen trabajo, menos si se trata de un trofeo plástico y barnizado como es el Oscars. Pero sí como país de tercer mundo (como le gusta definirnos la sociología imperativa neoliberal) es importante mostrarle al planeta que aquí también hay buenas producciones fílmicas, sin precisar de efectos especiales estelares ni de megas productos caros. Además un premio de esta talla permite generar presupuesto para próximas películas, lo cual es bastante importante para un arte que lo necesita.

Qué puedo decir de esta brillante película. Todo y nada. Además de ser novedosa en cuanto a la temática que trabaja, es ejemplar el trabajo de Trapero, haciendo del film una interesante propuesta. A cada instante nos sorprende con los giros inesperados como así también con las shockeantes escenas de violencia, que se interrelacionan perfectamente con los momentos dramáticos y sinceros de toda la trama. El final sorprende (Se me viene a la cabeza una escena de The Forgotten, donde ocurre algo similar, pero sin el valor puesto en la estructura, dado que ese momento no parece encajar en su cotexto fílmico)
 
Es digno de mencionar el trabajo exquisito de Ricardo Darín, ya un especie de héroe melodramático, de una plasticidad actoral única en Argentina. Puede ajustarse a cualquier personaje sin  estereotiparlo ni hacernos pensar que está actuando. También interesante es el trabajo de Martina Guzmán que ya me había deslumbrado en Leonera y en Nacido y criado, todas dirigidas también por Trapero. Guzmán ya funciona en todos sus film como la actriz fetiche.

domingo, 7 de noviembre de 2010

El Secreto


En Borges es recurrente la idea de un Secreto entre los hombres. Un conciliábulo que guarda por siglos el misterio divino de la Verdad de algo. Algo que si es descubierto por el resto de la humanidad, ambiciosa y podrida, podría corromperlo y usarlo para fines lucrativos y de poder.

Un poco de todo esto sucede en “Night Train”, una película dirigida por Brian King, (que podríamos decir, está dando sus primeros paso) que se acerca mucho al cine independiente, de poco presupuesto y de poca difusión. El film trata sobre un cofre misterioso que oculta algo poderoso que pervierte a los hombres cuando miran dentro. Una especie de caja de Pandora, que una vez abierta ocasiona males para el que mira dentro. Todo sucede cuando un hombre extraño sube a un tren nocturno (de ahí su nombre) en plena noche de navidad, y muere sosteniendo en la mano el cofre extraño. Un grupo de gente y el guarda del tren que están en el mismo vagón que el fallecido observan lo sucedido y deciden apresar el tesoro desencadenándose una serie de hechos que terminan con lo peor para los personajes y también para la película porque lo más interesante del film no es otra cosa que la misma idea del tesoro. Una joya prohibida, imposible de habitar eternamente en las manos de cualquier personaje, una joya de algunos minutos que no es fácil de retener por la ambición a la que conduce a cualquier ojo que deposite sobre ella la vista. Una especie de anillo tolkiano más realista.


Interesante propuesta que no es aprovechada en su máximo esplendor, dada la impericia de sus actores, principalmente un cansado Danny Glover, que muchas veces nos muestran que están actuando, y que se trata de una película de bajo presupuesto. Una lástima.