sábado, 28 de abril de 2012

El purgatorio



Gantz es el laberinto sin salida, no importa qué nos dicen los personajes de este animé, no importa cuánto entendamos de la trama y si la esfera se partirá en pedazos de significados: Gantz no es otra cosa que un derrotero borgeano.

Su purgatorio no es el que profesaría un Dante o un obispo, ni tampoco un Lost (yo diría al momento, mi preferido purgatorio, mi preferida redención). Este purgatorio implica una afirmación del Tánatos, una lógica valedera de la violencia reprimida. Toma el arma, has lo que te digo.

Cada personaje está agotado por la misericordia de la vida, por la constante negligencia de ser.
Desde bravucones hasta fracasados, desde homosexuales hasta pseudo-religiosos, inclusive aquellos personajes que versan sobre la moral han sido contaminados de vida, como se lo puede ver en sus autoritarismos y sus falsas modestias. Bang!

Gantz es una afirmación como bien dije, la de tener que disparar a punta de mano ese tren que se nos viene encima.


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