viernes, 20 de abril de 2012

En este día (la seducción replicante)



Observo esta escena en Blade Runner con la música de fondo de Vangelis:

                                                                                   

En la oscuridad de su latente inhumanidad ella lo sedujo despeinándose y tocando silenciosamente el piano.

Proximidad, que no es otra cosa que el cese del sueño, como lo que le sucede al personaje (abre los ojos, estertor, no por algo Deckard despierta descamisado, por la cercanía de lo inevitable).

Después lo que se ve. Algo de liviandad, algo de peso (rudeza, como un sometimiento que se quiere), Vangelis (“la música acota mi tiempo de vida” me dijiste) y la réplica de lo que se intuye y lo que siempre supimos.

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