sábado, 24 de octubre de 2009

El fin en si mismo


"...y ahora voy a morir, sin nada más, con tierra
sobre mi cuerpo, destinado a ser tierra."






The Fountain es para el Canto General un epílogo. Un significante que se ubica por detrás de todo aparentando conclusión, significado, pero es generadora de múltiples significaciones. Es un árbol de vida que se nos ramifica hasta en el ego (eso que creemos tan nuestro). Es carne, cuerpo, árbol... y estos son equivalentes de escritura. Bailar al son de la escritura para ser hombre de escritura. ¿Eso es la fuente de la vida?. O ser hombre de arcilla. Majestuoso hombre de la tierra que no le teme a la muerte.

La muerte aquí, dos ascepciones. Como fin de un ciclo o de un estadío y como principio de un "algo". Algo como vida. El primer juicio concentra en toda su magnitud una clausura, digamos por ejemplo "Apocalypto". El segundo concepto, por el contrario, abarca la fecundidad: Xibalba. The Fountain.

Quienes hablan así sobre la vida y la muerte son poetas (exageración en su diseminación). Alfa y Omega en el significado parcial que abarca el término "muerte". Poesía profesía. Decir que la muerte es el camino hacia el asombro es decir escritura, y decir escritura es decir Vida. Eternamente vida. Eternamente muerte. Voy a leer para morir podría decir un Manrique.

The Fountain contiene una semilla que germina pronto. La de un cine que sabe expresarse.

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