miércoles, 9 de septiembre de 2009

¿Qué hacemos?


Godard dijo una vez que en un libro de teoría cinematográfica uno debía poner todo lo que le gusta . Para nuestro gusto, de esta precisa fórmula deberíamos modificar dos aspectos. Uno ligado al espacio y otro a la episteme.

Con respecto al primer aspecto, el espacio, como podrán notar esto no es un libro. Las tendencia contemporáneas y el nuevo ámbito de lectura nos han desplazado a estos sectores que, por un lado, nos posibilita expresarnos en un lugar en común, con facilidad y al que pueden tener acceso múltiples miradas, y por el otro, generar debates, opiniones, reflexiones, en un sitio al que, salve las distancias, muchos tienen acceso ( los mecanismos ocultos que estos esconden, y del cual no dudamos, lo dejamos para otro espacio).

Sin embargo la escritura trasciende los conceptos de “libro”, “obra”, discurso”, “blog”, etc.
Su espacio no es otro que el de la misma escritura. Por lo tanto esto no se trata más que de una escritura de cine: nuestro gusto, nuestro placer, nuestro único espacio. Escritura-cine; cine- escritura.

Para Josep Lluís Fecé la cinefilia no se refiere solamente a “ver” películas sino además a escribir sobre ellas. No creo considerarnos cinéfilos. Si en algo fallamos es en una imposibilidad: mirar todo.
La totalidad cinéfila no llega. Una madurez, por el contrario sí. Una mirada educada, crítica, reflexiva, esa es nuestra máxima apuesta.

El segundo aspecto refiere a la episteme.
¿Desde qué línea, marco, tradición epistemológica pensamos al cine / escritura? ¿Es una página de teoría cinematográfica? ¿O sólo de crítica?
Insisto, este es únicamente un espacio de escritura de cine que pone en foco y en tensión las categorías de crítica y teoría. Eso es lo productivo. Una crítica sobre un film cualquiera puede llegar a edificarse como hipótesis general acerca de lo que el cine es, como así también , una teoría puede ser modeladora a la hora de pensar ciertas cuestiones sobre una película.
No seguimos una línea, un único molde de pensamiento, porque eso es monótono, arcaico, aburrido y totalitarista tanto para el que lee como para nosotros. Si algo apoyamos es una diseminación del pensamiento. Eso si, sin caer en determinismos.
Si bien no pretendemos una ambición totalizadora tampoco se implica una concepción modesta del cine. Sabemos lo complejo de esta “ventana del mundo”.

Buenos, malos y feos... estamos para discutir.

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