miércoles, 2 de mayo de 2012

Segundo momento: Aquello que el sexo sólo puede contar



Es permitirse jugar a ser Derrida.  O quizás reírnos de nosotros mismos, del cuerpo que nunca sacamos afuera...

Es, por ahí, hace tiempo, romper el tabú, dirigir la mirada al adentro que se torna irresponsable, apenas estructurar el planteo, los planos. 

Es un momento en el que me permito querer saber algo (y que nunca me animé a preguntar)


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