domingo, 13 de septiembre de 2009

Tiempo de valientes: aire fresco en el cine argentino


Siempre tuve (muchos) prejuicios sobre el cine argentino y muchas veces con sobrada razón. Siempre lo vi como encerrado en un estanque de temas recurrentes, al límite de lo monotemático: o son películas serias o son de "joda". Las primeras, las serias, hablan todas las veces de dictadura o de denuncia social (no digo que dejen de hablar de ese tema, pero a veces satura) o sino, hablan o tratan de dramas elaborados con poco ingenio pero con mucho golpe bajo, o sea, ideas digna para una telenovela berreta de las que pasan a la tarde, pero resumida en aproximadamente 90 minutos. Y después están las segundas, “las chabacanas”, las que se creen que hacen gracia (pero dan lastima), que son generalmente las que se dan conocer por tener más facilidad de llegada, primero por la gran publicidad que le dan los medios de televisión y segundo por haber gran cantidad de gente que piensa que el cine es solo para pasar el rato con la familia, y no, un medio de expresión artística de disfrute mental y emocional. O sea, cine bajo en calorías para gente insulsa.
Pero como una flor en el desierto (o un inglés con humildad), apareció “Tiempo de valientes”. Agarró todas las ideas preconcebidas de cómo hacer cine en Argentina, mezcló todas las variantes y prejuicios estandarizados y las vomitó en forma de aire fresco , y de un fresco realmente agradable, demostrando que con un poco de maña, de recursos y de ganas de hacer las cosas bien, se puede hacer un buen cine. Un cine del que le gusta a la gente y que no insulta (a la inteligencia).

La historia de “Tiempo” es simple, y al vez, extremadamente divertida, entretenida e interesante. Cuenta la historia de un psicólogo de nombre Mariano Silverstein (Diego Peretti) que por orden judicial, al haber atropellado una señora, tiene la obligación de prestar servicios comunitarios relacionados con su profesión, en este caso, prestar ayuda psicológica al policía Alfredo Díaz (Luis Luque), que fue victima de las aventuras extramatrimoniales de su mujer. Pero al mismo tiempo de prestar esta ayuda el personaje de Peretti , (que a veces me parece un poco exagerada su actuación), se convierte, sin quererlo, en una especie de compañero de aventuras del personaje de Luque (el mejor personaje de la cinta), al investigar este ultimo un doble crimen perpetrado por un organización corrupta integrada por agentes de la SIDE (en la que el jefe de esta organización maligna esta interpretado por un genial Óscar Ferreiro) . Ese es el punto de partida para esta pequeña gran película del talentoso Damián Szifron, el titiritero detrás de esta cinta de acción y comedia, en la que demuestra que se puede hacer cine del que se hace en otros lados y adaptar ese estilo a las costumbres argentinas, ejemplo de esto sería, en la escena en la que el ladrón de autos, para atestiguar y no correr peligro, le reclama a Díaz de porqué no lo mete en un programa de protección a testigos como se sabe ver en las películas de acción anglosajonas.
Tal vez, como único defecto, se puede señalar en el ritmo dado a la historia, que en mi humilde opinión es un poco lento en algunas escenas, principalmente en la que Peretti se expresa con verba de psicólogo (se encarga de demostrar en esas escenas de que es psicólogo también en la vida real).
Ojalá, Tiempo de Valientes, de ahora en más, pueda ser un modelo de cine a seguir dentro de el panorama del cine argentino que viene. Un cine simple, agradable, inteligente, abierto y sin golpes bajos.

Dirección y guión: Damián Szifron.
País: Argentina.
Año: 2005.
Duración: 112 min.
Género: Comedia, acción.
Interpretación: Diego Peretti (Licenciado Mariano Silverstein), Luis Luque (Inspector Alfredo Díaz),Óscar Ferreiro (Lebonian), Gabriela Izcovich (Diana), Martin Adjemian (Comisario), Tony Lestingi (Arias), Daniel Valenzuela (Pontrémoli),
Ernesto Claudio (Lomianto), Carlos Portaluppi (Villegas), Marcelo Sein (Farina).
Producción: Óscar Kramer y Hugo Sigman.
Música: Guillermo Guareschi.
Fotografía: Lucio Bonelli.
Montaje: Alberto Ponce.
Dirección artística: Jorge Ferrari y Juan Carlos Roust.
Vestuario: Julio Suárez.
Estreno en Argentina: 29 Sept. 2005.
Estreno en España: 26 Mayo 2006.



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