La ideología fatalista que anda deambulando en el mundo con preanuncios bélicos, juegos fríos a distancia y aumento de armamento nuclear se está, pareciera, asentando en el cine. Ya es una postal hoy en día toparnos con decenas de Films que retratan un posible Apocalipsis en nuestros días. De todas las naturalezas y de todos los enfoques, vemos cómo se azotan las diferentes ciudades y pueblos del mundo, cómo los hombres se vuelven lobos de sus propios hombres, cómo el hambre y la falta los vuelve animales de un día para el otro, llevándolos a luchar entre ellos por sobrevivir. Las promesas de una civilización feliz se desmoronan en estas películas y el mundo se vuelve un criadero de “puros” caníbales (algo recurrente), rastreadores, seres agotados de humanidad. De alguna manera pareciera que todo vuelve a un Estado de Naturaleza pero con la racionalidad o conciencia de esta época.
The book of Eli es tan poco creíble que ni los mismos personajes creen en su situación. Con un cansado Denzel Washington (pareciese que no tiene muchas ganas de interpretar su personaje) en una situación un poco rebuscada (justo viene a caer en un pueblo donde el malo -lo mejor de la película: Gary Oldman- quiere lo que Denzel lleva, que es un libro sagrado), con una compañera imprecisa en su actuación, la actriz ucraniana Mila Kunis que no sabe pasmar el momento que se está jugando y que hace todo lo posible por arruinar el clímax de drama, histeria o valla a saber qué.
Sí me parece digno rescatar un precioso travelling de ida y de vuelta en el momento en que surge la balacera a la casa en la que están escondidos los personajes “buenos” de la película. Un buen juego de cámara de los jóvenes hermanos directores.
The Road en cambio es una apuesta fuerte. Aquí un padre hace lo posible por aconsejar a su hijo que marche por un camino que no le haga apagar su fuego interior, que no permita abandonar su estado civilizatorio en pos de lo que se considera la “pura brutalidad del hombre”. En un momento en que la humanidad se disputa el sobrevivir lo mejor que se puede, un padre hace lo posible por ser un mejor padre.