martes, 28 de diciembre de 2010

Au Revoir Taipei


Los enredos y el desencuentro es el principal hilo de esta comedia taiwanesa. En cierto punto la película me agradó bastante, más que nada en lo que refiere a la fresca relación que se da entre los personajes que la componen, especialmente entre los enamorados.
Hay también una vista de la hermosa Taipei de  interiores, no la de edificios lujosos, capitalista y hasta norteamericanizada.
En fin, una alternativa distinta a las comedias que estamos acostumbrados. La lentitud, el desvarío y algunos que otros ingredientes son los que acompañan a este film, que de alguna manera pueden jugar en contra para un espectador habituado a emociones fuertes o risas de tono fácil.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Mentir en el confesonario


Hay momentos en que la crítica está demás y quizás lo único que se pueda decir de un texto o de una película es simplemente un comentario o mejor, un silencio. El callar es otra manera, otro subjetivema, de estar diciendo algo. En Los Girasoles ciegos, me callo para dar cuenta de una obra imponente. Tanto literaria como cinematográficamente, el texto desborda por sus bordes, arremete con fuerza en la carne de cualquier espectador o lector.

Pero como este es un espacio de cine, a él me dedicaré un momento. Maribel Verdú demuestra que ningún papel le es dificultoso, al menos eso es lo que me demuestra cada vez que tengo la suerte de verla. Raúl Arevalo llegó a demostrarme como un protagónico puede llegar a la desmesura y a generar una cierta bronca con su representación magnífica. Su personaje es terriblemente muy bien desenvuelto, tanto que algún que otro insulto (por dentro, claro está) llego a escapárseme.
El cine español, y las obras literarias están empezando a hacer un trabajo de Memoria. Religión, dictadura, poesía, humanismos, todo confluye en esta genial obra, tanto la literaria de Alberto Méndez como la dirigida por José Luis Cuerda.


Por lo demás, me quedo en silencio…

viernes, 17 de diciembre de 2010

Ver al padre arrodillado


Little miss sunshine intenta mostrar al mundo que el ideal de familia norteamericana que se vende al mundo es igual que en todas partes. Tan complejamente humana y llena de sus vicisitudes y demonios como es una familia.
Desde la aparición de “Belleza norteamericana” (American Beauty, 1999) hay una especie de denuncia social provocadora, que intenta reflejar el verdadero estatus de la composición de la tribu. La familia ya no es mostrada como la base fundamental de una comunidad que de alguna manera debiera imitar el Estado, ni tampoco como el ideal del sueño americano. Todo este idealismo se fue a la basura. El norteamericano, con su capitalismo ensoñado vive las mismas vicisitudes y los mismos dolores que los demás. Es más, creería que su mundo es uno de los más deplorables que la modernidad podría gestar. La apariencia, lo incrédulo, el dinero, el amor, el matrimonio, todo se confluye enormemente en esta obra magistral de Jonathan Dayton y Valerie Faris.
Es de admirar la actuación de casi todos los que integran esta fresca y divertida comedia sin ninguneos o chabacanerismos melodramáticos, principalmente los papeles de Abigail Breslin y el enorme compromiso de Paul Dano, actor con un futuro increíble. 

lunes, 13 de diciembre de 2010

Temor de Dios


Black Death es una película torpe. No lo digo en el sentido del desarrollo de su trama ni tampoco por su narrativa. Simplemente estoy hablando de una película demasiado insulsa, de poco riesgo y con una desenlace por de más de esperado. Demasiados condimentos para tornar insoportable el verla. Creo no hay mucho para decir. Sean Bean como actor principal se repite a cada instante (es más, no sé aún como hizo para no poder dejar de parecerse a su personaje tan característico en The Lord of the Rings, 2001. Estas igual!!!)
El film versa sobre una plaga que inunda de muerte a los hombres de Inglaterra del S. XIV. Para esto unos guerreros de la Sagrada Orden de Dios (o algo así, son todos más o menos parecidos) se dirigen a limpiar a la mácula que la produce: una bruja. Tan sencillo como eso. A partir de ahí aparecen, ya característico de estas sagas, discusiones banales sobre religión (Dios es un poderoso elemento para toda película, el tema es que se debe tratar con gran inteligencia para que la misma logre su cometido, sea cual fuere), magia negra, amores no correspondidos, monjes pecadores, pésimos misterios, entre otras aburridas cosas.
Christopher Smith la dirige (el mismo de la floja Creep, 2004).