miércoles, 20 de abril de 2011

Último momento


Muerte del texto. Todo acaba porque en definitiva los conceptos teóricos que uno defendía eran imprecisos. Hay un quiebre, un dolor. La muerte ronda en las escenas que más confiamos.

No hay Momento. Solo hay una pobre sinopsis de un amor (en el sentido cotidiano) que quién sabe si se dará y que es necesario tumbar (al cuerpo ya lo han tumbado). A pesar del desentendido estúpido de la confusión general, no siempre el texto deviene felizmente.

Porque en definitiva (a excepción del espectador) caen en la equivocación todos los estereotipos del mundo de lo irradiable.

A pesar de que algunos aspectos lo eran Todo (contradicción derrideana), ella baila y desaparece.


(los 20 de abril -cuando dijiste eso y tu luz se apagó)


Idiotez del mundo y de las fechas.

Lo sabemos…la película funciona en toda su hegemonía.

viernes, 8 de abril de 2011

Momento IV


Es el momento en el que el espectador llega a su final. Últimos momentos del texto.

De a poco empieza a decaer.  Todo es muerte. Una película como ésta lo sobrelleva todo hacía abajo, como los tontos empiezan a descreer del mundo el espectador empieza a confiar más en la estructura que en el delineamiento. A pesar de que ella (la película, en el sentido de que nada es feliz) se ha ordenado en el orden de lo negativo.

Siento… el momento decae… una lástima…porque en este texto no hay nada de confidencial. Todo es circunstancial como el ejecutamiento. Lo que ella dice sólo tiene un tiempo de vida, después muere.  Tan sólo le queda poco tiempo para decir lo que verdaderamente siente. Entonces la confidencia pasa por un hecho que ni ella ni él creen.

Que ni ella ni él creen…

Que ni ella ni él creen...

Que ni ella ni él creen…

Y en ese momento el Texto muere… (los 20 de abril)

Tan sólo una sola oportunidad… quizás la última…

Que ni ella ni él creen…

martes, 5 de abril de 2011

Momento III o mataste el dios en mí.


Malick y la belleza poético-cinematográfica. El encuentro de dos mundos bajo la visión de un poeta puede hacer del momento una situación de esperanza en el espectador.

Ella entrelaza las cosas. Hermosura natural. Belleza de nuestra tierra, la Nuestra.

Como si una lectura de “Los pasos perdidos” hubiera motivado la película. La mujer no sólo es europea…ni francesa (o francesada).

Un susurro en el cuello, en los pies morenos, a través de un río de imágenes que son auténticamente geográficas (entiéndase, gigantes).

Aquí no hay necesariamente una historia de amor, hay una historia de lo inconquistable: la naturaleza, la condición indígena, la belleza indígena, el nuevo mundo que se convertiría para males en el Mundo, los territorios inhóspitos, la inconmensurabilidad.

Momento para que el paso perdido se convierta en paraíso perdido…y espectador perdido…

domingo, 3 de abril de 2011

Excepción al momento


Aceleración del film en pos de la neoculturalidad del mundo contemporáneo: adolescencia, punk (o versión aggiornada del mismo), moda, raros peinados nuevos, videojuegos, estética del animé (Scott Pilgrim es una novela gráfica en su germen), entre otras. La necesidad de mostrarle al mundo lo que será el lineamiento del nuevo género de cine.

Todo muy desafinado, puesto así como si fuera un juego en bruto cuando en realidad sólo hay desaliñamiento y estética del mismo (¿y todo esto no justifica un juego, a lo sumo una regularidad?). Una estética del desaliñamiento no implica un juicio de valor. Simplemente no me llega.

Michael Cera, un buen motivo. Alison Pill momentáneamente (en este camino en el que me he abandonado) hermosa. 

Repito: hermosa…

Nota: ¿Alison Pill o Kim Pine?